About Toni Wu

Proceso de Crecimiento

1. Comienzos
Llevando el deporte en los genes, desde la escuela primaria en el colegio Zhongxiao ya destacaba como una líder en diferentes equipos, desde balonmano a ping-pong y Taekwondo. Después, cuando estaba en tercer grado en la escuela secundaria de Huaisheng, un año crucial, un amigo de mi abuela me regaló una raqueta de tenis, y así empecé a entrenar todos los días en el parque Yucheng, y desde entonces mi destino se vinculó al tenis para siempre.

Sin embargo, durante la adolescencia, la ferviente oposición de mis padres, que consideraban que los estudios y pasar de curso era lo único importante, se sumó a la discriminación que vivía con la gente que entrenaba conmigo en el parque por ser una niña y me motivó para entrenar todavía más y hacerles cambiar su forma de pensar.

2. Estudios
A los quince años fui admitida en la Escuela de Educación Física de Taipei. Habiendo entrenado sólo durante medio año estaba en una situación de clara inferioridad respecto a mis experimentados compañeros. Por tanto consideraba esta una gran oportunidad de aprender de los profesionales, pero las cosas no salieron como yo deseaba y tras un mes deje los estudios. La razón principal fue que tras las clases no me quedaba tiempo para entrenar y mejorar.

Desde entonces pasé casi dos años entrenándome por mi cuenta, sin un entrenador que me guiase, mejorando y puliendo poco a poco mi técnica con la única ayuda de los que entrenaban en las pistas conmigo, y yendo a las bibliotecas y librerías para buscar revistas de tenis con las que aprender las bases teóricas y prácticas que me beneficiasen técnicamente. Posteriormente retomé mis estudios de bachillerato, y para entonces ya era la número 16 del ranking nacional de tenis. Durante este período también conocí a Wangsiting, un niño prodigio del tenis, y gracias a un destacado rendimiento se me recomendó para la Escuela de Educación Física de Linkou, y durante dos años consecutivos se me seleccionó en cinco ocasiones como representante del equipo nacional.

3. Indignación
A los 20 años figuraba entre las 8 mejores del país y me había calificado como representante femenina de la delegación femenina para la copa confederación. Gané el primer set (7:5), y así empecé liderando el partido pero en el segundo set empecé perdiendo (0:1). Sin embargo, el árbitro señaló que el resultado del primer set era (6:4), y que el en el segundo set íbamos (3:4), y justo cuando estábamos empatadas en el tercer set (3:3), una bola que había entrado se me pitó como out y perdí el juego. Tras un partido de 4 horas y media y una derrota injusta, desamparada, sin nadie que me apoyase o defendiese, no me quedó más remedio que contener las lágrimas y asimilar aquel mal trago.

4. Irse de casa

5. El declive
En el año 1998 me vi forzada a regresar a Taiwan, donde mi ardiente pasión por el tenis se desvaneció, para transformarse en resentimiento, ya que en aquel entonces se estaba llevando a cabo la selección de jugadores para las olimpíadas del 2000, el sueño de todo deportista, y la que había sido mi ilusión desde niña.

Siempre había querido sentir el orgullo de representar a mi país como atleta. En este período de declive, me dediqué a hacer footing y ejercer como entrenadora. A los 29 años participé en la maratón internacional de Taipei, y me prometí a mi misma que si la cababa en menos de 5 horas volvería a competir.

6. Volver a competir
A los 30 años, logré quedar tercera de Taiwan en 2 ocasiones, y en el resto de competiciones me mantuve entre las 8 mejores. A los 32 años fui décima del ranking nacional, y agradezco su ayuda al rector rector de la Escuela Nacional de Educación Física Linkou, al entrenador Erwei Zhang, al profesor Huang, etc, que no escatimaron en esfuerzos para guiarme y permitirme representar a la escuela en las competiciones. Esto me permitió pulir mi técnica y alcanzar numerosos éxitos deportivos, al mismo tiempo que finalizaba mis estudios de pedagogía.

A los 33 años tuve la oportunidad de salir de Taiwan para participar en el torneo profesional asiático.Sentíaa que a pesar de que el tenis nacional estaba en boga, era acuciante popularizarlo y extenderlo entre las nuevas generaciones. Esto sucedió justamente cuando se inauguraba la Escuela Nacional de Putai, y por tanto no dudé ni un momento y pasé a ser profesora de educación durante tres años y medio.

7. El retorno
Ahora, con 39 años, viendo todos los escollos a los que me he enfrentado en el pasado, creo que sin el consentimiento de mi familia una victoria hubiese sido un logro solitario. Veo también que aunque la falta de imparcialidad me hizo gritar al cielo, y aunque el perderme grandes oportunidades me hizo apretar los puños con fuerza, creo que todo esto se acabó convirtiendo en una gran fuerza en mi interior que me confiere la capacidad de enfrentarme a cualquier peligro o adversidad.

Ahora, sin las ataduras familiares del pasado, tengo de nuevo la oportunidad de viajar y vivir para el ideal que siempre he querido materializar, porque independientemente del resultado, gane o pierda habrá valido la pena. Se trata de una aventura, un desafío, algo que no nace solamente de mi pasión por el tenis sino de un sentimiento más profundo, del espíritu de atleta y la perseverancia que lo caracteriza.

8. Citas de una luchadora

Mis primeros pasos fueron lentos, y las circunstancias no eran las más propicias, pero creo que mis logros han dependido siempre de tres pilares: actitud, resistencia, y técnica.

(1) Actitud: cuando me fijo una meta es mi misión alcanzarla sea como sea, y aunque se me presenten dificultades, desplegando todo mi potencial las adversidades se convierten en oportunidades. Como aquel período en la Escuela de Educación Física de Taipei, cuando durante un año se podría decir que solo obtuve derrotas. Cuanto menos creían los demás en mi, más grande se hacían mis ganas de demostrarles que se equivocaban. Aplicando la lógica del principio acción reacción, cuanto mayor es la fuerza del golpe mayor será la reacción necesaria para contrarrestarlo.

(2) Resistencia: un partido de tenis requiere una cantidad de energía enorme, y yo me dije a mí misma que no habría bola alguna a la que yo no pudiese llegar. Correr, entrenar la resistencia, es algo indispensable, y como he dicho anteriormente, el despliegue de fuerzas debe ser imponente. Sin dejar entrever el sufrimiento de ninguna manera, el adversario debe percibir que disfrutas del fragor de la batalla.

(3) Técnica: aprendiendo de los demás, compitiendo una y otra vez, acumulando experiencia, sacando provecho independientemente de las victorias y las derrotas, buscando poco a poco la depuración de mi estilo personal para llegar a mi apogeo.

Xun Zi: 『不積蹞步,無以至千里;不積小流,無以成江海。騏驥一躍,不能十步;駑馬十駕,功在不舍』* Sin entrenador personal, luchando sola y avanzando por mis propios medios, quizás haya sido está la mejor opción, aunque no lo haya elegido yo. El tenis es desde tiempo atrás toda mi vida, apasionarme y brillar por el tenis es mi sino, un cometido en el que ni me quejo ni me lamento por nada, que empezó como una fantasía, y que vivo en el presente. *Alegoría confuciana, "el éxito está en la constancia".